Dedos atenazados en un rictus doloroso.
Tocan a la puerta.
Los murciélagos chillan como pájaros enfermos detrás del techo falso de madera.
Piedras de agua chocan contra el cristal de la ventana.
Llaman desde el piso de abajo gritando tu nombre.
Las puertas del armario están abiertas, solo hay negro.
Vacío bajo la cama.
Las paredes arañadas.
Dentro solo habita el silencio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario