jueves, mayo 10, 2012

Quebrando el hielo

Eran solo ellos dos, carne contra carne. Lunares ensuciando la piel nívea, vello oscuro y suave. La imagen de desencuentros programados para no coincidir.
Y solo rasgar con las uñas rotas dejando huellas de caminos temporales. Pasos ya cerrados por el tiempo.
Irrealidad, ausencia y, a la postre, inevitable, la muerte.