De vez en cuando le venían iluminaciones.
Ahora empezaba a comprenderlo todo.
Y quizá ese era el problema, siempre empezaba a comprender, pero nunca terminaba de hacerlo.
sábado, julio 31, 2010
miércoles, julio 14, 2010
Enumerando con gotas de cristal
Dedos atenazados en un rictus doloroso.
Tocan a la puerta.
Los murciélagos chillan como pájaros enfermos detrás del techo falso de madera.
Piedras de agua chocan contra el cristal de la ventana.
Llaman desde el piso de abajo gritando tu nombre.
Las puertas del armario están abiertas, solo hay negro.
Vacío bajo la cama.
Las paredes arañadas.
Dentro solo habita el silencio.
Tocan a la puerta.
Los murciélagos chillan como pájaros enfermos detrás del techo falso de madera.
Piedras de agua chocan contra el cristal de la ventana.
Llaman desde el piso de abajo gritando tu nombre.
Las puertas del armario están abiertas, solo hay negro.
Vacío bajo la cama.
Las paredes arañadas.
Dentro solo habita el silencio.
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