martes, noviembre 30, 2010

sábado, noviembre 27, 2010

Question (or something like that) - I

Pensabas en vosotros tres, arrancándote pedacitos de carne de los dedos, sorbiendo la sangre.

Las farolas parpadeaban, tiñéndolo todo de amarillo sepia irreal. Los tres estáis vestidos de negro. No os movéis. Parece una foto antigua.

Estáis sentados dentro de la rotonda, en círculo. Váis allí todas las noches, hace mucho calor. En estas rotondas del extraradio no hay césped, solo matas amarillas comidas por el sol. Los coches pasan a vuestro alrededor por la calzada, aunque a estas horas estáis solos.

Solos en medio de ninguna parte.

Ellos buscan , buceando dentro de si mismos. Divagan sobre supuestos recuerdos, supuestas cosas que pasaron hace mucho tiempo (o no), ya no quieres saber si es verdad o qué coño pasa. Si su hermana está enferma, si su padre le pega. A ella o a ti. O a nadie, quizá ni siquiera tiene padre.

Tu también recuerdas o imaginas o qué sé yo una noche como esa en medio de los árboles. También estaban ellos. Y estabais los tres y estaba lloviendo. Siempre estabais los tres, y no érais felices pero en ese entonces no eras capaz de aguantar a nadie más que a ellos dos. Fue un verano extraño, sabes que lo pasasteis juntos. Las tardes en la playa, las tapas de calamar, la cerveza y los porros. Los abrazos.

Crees que lo pasasteis juntos, porque si lo piensas ,verdaderamente no estás segura de qué pasó. Para ti el verano fue solo esa tarde, o esa noche. No recuerdas nada más. Bruma espesa envolviendo tus recuerdos como edificios blancos de marfil, un blanco tan sólido que deja de ser color y se convierte en vacío.

Empezó a llover y estabas sentada con las rodillas dobladas apoyadas en el pecho. Te asustaste cuando escuchaste los truenos. Llorabas meciéndote en una cuna de tierra y polvo y basura.

Ibáis allí cuando queríais estar solos para beber cerveza y hablar. Eran unas pistas de fútbol cerradas, os metíais por un agujero de la valla y pasábais filas y filas de árboles hasta que encontrásteis un lugar. El vuestro.

No sabes si estabas asustada o solo querías llamar su atención, no hay sentimientos en tus recuerdos. Él acercó su cabeza a la tuya y te toco y te habló mirándote a los ojos.

No le respondiste nada. Nunca te han dado miedo los truenos, ni antes ni después de esa tarde. No entiendes porqué llorabas.

sábado, noviembre 20, 2010

A veces cuando tienes miedo hablas tan bajito que un susurro rompería una copa de cristal, tan bajito que solo mueves los labios. Como si fueras un muñeco ventrílocuo.

Pero hablas, aunque los demás te pongan las palabras en la boca.

Somos esclavos de las palabras (dicen).

Si sólo balbuceas moviendo la boca, si son los demás los que te ponen las palabras, entonces, cuando quieras volver a hablar no podrás hacerlo. Tendrás la garganta atrofiada y todas esas cosas que nunca dijiste se volverán un nudo y te ahogarán.