miércoles, diciembre 22, 2010

I'm surrounded by -

Estabas hablando con tu madre en el salón, las manos te temblaban tanto que te costaba sujetar la taza sin que se cayera.

Creías que de alguna manera ella entendía lo que te pasaba, que lo comprendía. Porque era lo mismo que le pasaba a ella, aunque no quisiera admitirlo.

Te había preparado una infusión de manzanilla, dulzona y calentita. No podías explicarle nada.

Habías bebido mucho. Sólo recordabas estar abrazada al váter vomitando terror y angustia, crees que te acostaron abrazada a un cubo. Seguías vomitando mientras dormías, pero la ansiedad no se iba por mucho que intentaras sacarla de ti.

El cuerpo débil, enfermo.

Ida. No conozco las palabras para intentar explicarlo mejor: La cabeza ida. Cuando tienes un torbellino de locura dentro de ti, moviendo las cosas que siempre habías dado por sentado, las que te mantenían. Creando huecos deformes de raciocinio nebuloso. Como espejos combados que te hacen verte deforme, terroríficamente asimétrica.

Llegaste a casa y la encontraste a ella. Y se ocupó de ti sin preguntar, sin querer saber.

Le mirabas las manos y vistes manchas, manchas en las manos. Le miraste a la cara y viste manchas. Manchas en la cara.

Como los ancianos.

Algo bajó por la garganta estrujándote el pecho.

1 comentario:

The Great Escape dijo...

Angustia