Estaba sentada en la silla, en frente del ordenador. Con la puerta cerrada (siempre cerrada) y escuché otra puerta, anterior a ésta, abriéndose.
Encogida en la silla me mordía las uñas, arrancándome pedacitos blancos de piel. Incesántemente. Mientras miraba la puerta, enloquecida. Quité la música para que no me confundiera. No quedó nada más. Nada. Y aún así no pude dejar de mirar la puerta.
El ruido volvió, directamente a mi cerebro sin querer pasar por los oídos. Y volví a mirar. Y estabas allí. Tú. Inquebrantable. Frágil. Fuerte. Débil.
Siento como si tuviera un gran poder, en la punta de los dedos, allí dónde tanto se siente.
2 comentarios:
él (el del miedo)
De acuerdo, lo confieso, yo también tengo un blog en blogspot xD
(No pongas links, porque no lo conoce casi nadie)
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