Hace frío húmedo, de ese que parece no querer salir del cuerpo. Y es cuando tú respiras.
Tu aliento es como neblina helada, he intentado alcanzarla con mis manos pero se diluye antes de que llegue a rozarla.
Cuando voy ebria *risas*, entonces parece que si me acerco lo suficiente podría llegar a comerme el vaho. El vaho de tu boca ¿o tu boca? (ojalá).
Sigo mirándote fijamente, los ojos negros todo abiertos, absorviendo tu tiempo.
A veces me pierdo entre un mar de palabras, te miro y no sé hablar, no puedo. Te escucho, te huelo, te siento apretar mi mano, pero no puedo salir de ahí. Me da miedo que me salga la voz chillona. ¿Qué tonteria no?
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